31 Ago PROYECTO INTERIORISMO PARA EL HOTEL RURAL «LA FÁBRICA DE PAN»

En este proyecto se diseñaron y equiparon los interiores del hotel rural  «La Casa del Pan». El edifico, ubicado en la antigua fábrica panificadora de la población segoviana de Coca, ha sido rehabilitado para este uso por el estudio EARarquitectura.

Los espacios principales en los que se intervino fueron: 10 habitaciones equipadas para 30 plazas en total, cocina, salón, comedor y distribuidores.

FILOSOFÍA DEL PROYECTO:

Aunque se trata de un edificio con una arquitectura industrial enclavado en una comarca con una marcada arquitectura tradicional, en los interiores hemos buscado crear ambientes contemporáneos; Desenfadados y coloristas en las zonas comunes, para generar unos espacios que faciliten los diversos usos y la interacción entre los diferentes clientes del establecimiento y relajantes e íntimos en las habitaciones. Siempre planteando el uso de materiales naturales como madera de pino, sencillas estructuras de acero lacado, detalles en lana, textiles prácticos en diferentes texturas según las necesidades…

El uso previo del edificio nos daba unas pautas a seguir… una historia que contar… Finalmente se determinó mostrar sutilmente el antiguo uso del inmueble mediante algunos utensilios recuperados, unas láminas, nombres y materiales, colores… Igualmente se trabajó la idea de sugerir las características de la comarca, sus valores naturales, también las labores artesanales. Todo ello en relación a los cambios del momento contemporáneo; con el fin de transmitir una idea aproximada de la realidad del lugar y no una visión de falsa tradición.

En definitiva, en el proyecto se busco por una parte un equilibrio entre lo tradicional y lo contemporáneo, equilibrio que se corresponde con la realidad de mundo rural; y por otra parte dar una respuesta que cumpliera con las expectativas de los clientes del hotel en sus visitas vacacionales y de fin de semana a Coca y su comarca.

DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO:

En el distribuidor de acceso y en el salón, se diseñaron y construyeron distintas piezas de mobiliario, a destacar: Sofás a medida con una capacidad 20 plazas, sobre una plataforma corrida de tablero macizo de pino. Los espacios libres de la plataforma que dejan los asientos se utilizan como mesas rincón auxilares. Toda la pieza es desmontable y desenfundable.  Como mobiliario auxiliar se utilizaron mesitas y muebles de TV de la firma La Forma, alfombras de patrones geométricos, puffs de diferentes tamaños y colores, lámparas colgadas con cordel de lana y en acabado latonado de Aromas del Campo. Como complementos se colocaron perchas y pies para velas de Woodendot.

Finalmente se añadieron numerosos detalles recogidos en el campo, pequeñas piedras, astas de corzo, piñas de las diferentes especies de pinos del lugar, etc. Para las paredes se diseñaron y enmarcaron unas láminas que cuentan las labores tradicionales de cultivo del cereal, la molienda y la panificación.

En el comedor el reto era cubrir las necesidades de un gran grupo de comensales, compaginándolas con una distribución modular en las mesas y un uso práctico de la cocina. Se diseñaron y construyeron varias mesas en tubo de acero lacado en negro con tableros de gran formato de pino entablillado. También se diseñaron y construyeron piezas auxiliares como una gran estantería, mesetas para expositores, armarios, y una gran pizarra. Se seleccionó e instaló una chimenea de la casa Bompi. También se distribuyó la iluminación y se instalaron unas campanas a juego con las sillas metálicas en dos colores, negras y naranjas. Se diseño e instaló por completo la cocina y los electrodomésticos. Finalmente se colocaron algunos detalles, como unas fotografías con animales y paisajes de la zona.

Como color de pared, en el distribuidor de la planta superior y la pared principal del salón se seleccionó un color amarillo con un ligero tinte verdoso, que respondía a esa intención de generar un espacio dinámico de relación e interacción entre los clientes. Como se puede observar en la imagen del distribuidor superior, uno de los objetivos del cambio de color era resaltar el techo abovedado del espacio, algo que se buscó igualmente en las habitaciones. En este espacio se diseñó e instaló una guirnalda con cable entelado, casquillos de madera y latón y grandes bombillas vistas. En esta pieza se colocó un sistema de suspensión que facilita la limpieza y mantenimiento de la lámpara. Sobre las paredes se colocaron algunas láminas diseñadas específicamente para el proyecto y se instaló un enorme tapiz de lana, diseñado por el artista vasco José María Cundín, que residió durante años en la localidad segoviana de Torregutierrez. Este tapiz formaba parte de una serie de piezas diseñadas a finales de los años 80 que fueron tejidas en talleres artesanales de la cercana localidad de Codorniz.

Los distribuidores de las diferentes habitaciones y espacios de transición se pintaron en blanco.  Sobre las paredes se colocaron unas pizarras con el nombre de cada una de las estancias, que hacen referencia a los distintos nombres tradicionales de los panes de la comarca.

Ya en el interior de las habitaciones, se optó por colores neutros e íntimos, sin renunciar a algunos toques de color en detalles, textiles y cabeceros. Se diseñó una serie de cabeceros en tablero de pino con una superposición de respaldo textil, en diversos colores y texturas de tejido natural. Las mesillas fueron integradas en el diseño, siempre remarcando la sensación natural de las maderas. Se buscó un modelo versátil para las iluminaciones y se optó por una estructura de varilla de acero polivalente tanto para el colgante como para la lámpara de mesilla.

Sobre la pared principal se colocaron unas pequeñas estanterías de chapa hexagonal en diferentes colores a juego con el tono dominante de los dormitorios. Al pie de la cama se diseñaron y construyeron unos bancos de pino con almohada del mismo material y color que los respaldos de los cabeceros. Los complementos textiles se realizaron en algodón crudo y las cortinas, sobre soporte de madera natural, se realizaron en textil ignífugo con acabado tipo hilo en crudo. Como en el resto del hotel, para las estanterías se buscaron infinidad de pequeños detalles naturales recogidos en el campo.

En la habitación Colines, enfocada a un uso polivalente y a menudo más juvenil, niños, etc. se colocaron unos textiles en distintos colores y se buscaron detalles tales como juguetes hechos a mano, buscando un ambiente más divertido.