18 Mar Una decoración diferente para niños.
La infancia es uno de los períodos más apasionantes de nuestra vida. A nivel decorativo y de diseño, siempre se la asocia a colores vivos o pastel.
Es dificil afrontar un encargo de este tipo desde el minimalismo o la sobriedad, básicamente porque nadie negará que los niños necesitan un entorno que los estimule. Sin embargo, sin dejar de lado esta prioridad, este proyecto se diferencia por su diseño creativo basado en volúmenes arquitectónicos, colores cálidos y envolventes, combinados con mobiliario vintage y complementos artesanos realizados como si de un juego se tratase.
Un mundo imaginario…
El proyecto entre otras cosas se inspiró en las pinturas del metafísico Giorgio de Chirico.
Un universo enigmático basado en una memoria de lo cotidiano que conecta con un pasado clásico. Unos espacios, formas y tipologías constructivas que son una especie de arquetipos o referentes psicológicos: Unas chimeneas que nos conducen al cielo y al mismo tiempo marcan un lugar, unos carromatos que simbolizan lo transitorio, el viaje, ocultan otras vidas y posiblemente secretos. Los edificios son palacios con arcadas junto a las que destacan torres misteriosas y plazas solitarias en un atardecer mediterráneo.
La habitación de un niño es un ecosistema en el que hay unos elementos que serán recuerdos para toda una vida, un asunto muy serio…
A través del juego tridimensional de los dibujos de la pared y la mesa, la perspectiva de los cabeceros pintados a mano, la mesita-carromato, la lampara-nube, los colores cálidos de las colchas y la alfombra y los detalles-juguetes hechos con los niños, hemos creado un espacio donde dar rienda suelta a la imaginación, el ensueño, la fantasía y la asociación libre de ideas. Un espacio donde todo es posible…
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